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viernes, 1 de abril de 2011

poema y una noticia.


Mis secretos...

Hoy yo os cuento
todos mis secretos,
¿Por qué?
No sé.
Hoy también
os miento,
y por supuesto
os quiero,
hoy no es ayer,
hoy es futuro,
es querer hacer
sueños con seguro.
Hoy quiero saber
qué camino coger,
da igual el destino
sólo quiero ser feliz,
no importan paraísos,
sólo el vivir,
contigo,
vale,
pero
ser
FELIZ,
¿Qué más da 
todo lo demás?

Mi secreto es 
una encrucijada,
no saber crecer
ni cruzar miradas.
Soñar con lo bueno
y vivir con lo puesto,
morir
con los ojos abiertos.

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     Y ahora os comento la noticia importante, como muchos sabréis, un amigo y yo estábamos montando una editorial. Bien, eso por desgracia no podrá salir a flote por ahora, pero, en su lugar, haremos una revista digital y mensual, descargable. Llamada "TintaLibre", tendremos secciones fijas, que saldrá cada mes, y secciones esporádicas. Los primeros números nos servirá para coger práctica. Imaginaos un bar, en el cual entráis y todos os escuchen, vuestros cuentos, historias, poemas. Estáis todos invitados.

lunes, 21 de febrero de 2011

Malas noticias.

Basta con despertarte un día, y que te llamen por teléfono, que pongas la tele o abras un periódico, da igual, sea como sea, lees, miras ote cuentan cosas con las que se te quita el sueño. Hoy el permiso lo ha tenido mi madre, ha sido ella la que me despertó y me quitó la posibilidad de poder ir a dormir.

Sé mejor que nadie que la vida no es fácil, que los días felices y los días de gloria pasaron cuando descubrí que crecí, que mi primera cana fue enamorarme, y así podría seguir contando. Pero me desviaría de a lo que intento llegar, las malas noticias nos rodena, haya donde vaya, siempre habrá malas noticias, por mucho que te drogues, por mucho que bebas, y por mucho que quieras parecer un inconsciente, te enteras, y eso no lo evita nadie. Me ha sorprendido la noticia de que un hermano de un amigo mío

Algo aprendí al paso de los años, el suicidio nunca será una solución, porque haces que todo acabe, no das paso a otras oporunidades, el mundo no se acaba en una sola experiencia, un mal paso por la vida, la vida se complementa con otras cosas, lo más triste es que tus ojos no verán más ojos, tus manos no palparán más manos, tus manos no palparán más manos, ni tus labios besarán más labios, ¿Y qué culpa tienen ellos de que te cansaras de luchar? La vida... No sé cómo explicar qué es la vida, ni falta que me hace, todos sabemos, al menos, que siempre hay oportunidades, y hasta yo sé que no tood es malo, por mucho que nos empeñemos. En fin, sin más que decir, descansa en paz tío.

lunes, 31 de enero de 2011

Ya no me acordaba...

Ya no me acordaba de que el mundo giraba aunque no lo hiciese yo, aunque mi cabeza siguiese anclada en un pensamiento.

Y por fin me vino un soplo de viento frío, una desesperanza típica en mi vida y unas ganas de abrazar cualquier muro, y por miedo o por despecho me quedo quieto y anclado, enraizándome en el suelo como un árbol que crece inerte, coleccionando arrugas en su tronco y muere cada Otoño pa revivir en cada Primavera. Ya lo tengo claro, vivo en un continuo habitáculo, que es mi cabeza, con una idea fija, pero ya es hora de cambiar muchas cosas.

¿Quién lee estas mierdas?

¿Cuántas cosas habré olvidado a lo largo de mi vida?¿Cuántas recordaré? Y eso me entristece, me apena saber que hay cosas que me hacían feliz, experiencias, que se me olvidarán para siempre, buenos momentos, malos momentos. ¿Qué hice mal?¿Qué hice bien? Es lo de menos. Si sólo miro hacia delante, si me muevo por suposiciones, espero no cagarla más de la misma forma, aprender a detener mis pasos y torcerme si me equivoco, pero entonces ¿Qué necesitaría?¿Me equivocaría por hacer algo que creo que está bien? Tantas preguntas y muy pocas respuestas... Pienso, y pensar mata, me desgasta y amontona conflictos en mi cabeza, aumenta mi asiedad y envejezco cada vez que pienso. Ya no sé si lo que pienso está mal o si está bien, ya no sé si seguir pensando mal o pensar positividad.

Piensa mal y acertarás.

Piensa y te equivocarás.

viernes, 7 de enero de 2011

Ayer

Después de un tiempo sin pasarme por aquí, vuelvo para traeros un nuevo escrito, que habla sobre el ayer, qué seríamos si no hubiésemos vivido ayer, si no hubiésemos tenido experiencia en los fracasos... Yo por mi parte cansado de caerme, y siempre con la misma piedra, harto de levantarme pa caer siempre en lo mismo. Sé que muchos me entenderéis, sé que otros lo habréis experimentado y sé que otros no sabréis de qué os hablo, pues del ayer, ya lo dice el título, del ayer y sus fracasos, de las lecciones que nos da un pasado con mil fallos y el miedo que experimento cuando miro al abismo del futuro incierto.


Ayer,
al final es ayer
todo lo que importa,
preferiría no saber
las historias del ayer,
no dejaré que me coja
otra vez por sorpresa,
como me pasó ayer,
como me contaste aquella vez,
rompiendo lo que hay sobre la mesa
para no pensar en el ayer,
que al final es ayer
todo lo que importa,
y prefiero pararme a pensar
antes que ponerme a cantar
para ti, para mí y para el ayer
una puta vez más.

.
.
.

Sigo llorando sobre el ayer,
regándolo, pa que no muera,
si muere, ya no sabría qué hacer,
y ya no sabría lo que me espera.

.
.
.

El ayer...

.
.
.

¿Qué seríamos sin el ayer?
¿Qué pensaríamos ayer?
¿Qué sería del futuro
si no atendemos al ayer?

viernes, 24 de diciembre de 2010

Felices...

No. No os voy a desear Feliz Navidad, que es lo que tocaría el día de hoy. Porque estaría pecando del mayor defecto de la especie humana: la costumbre. Os estaría deseando felices fiestas, y sería por costumbre, por que es lo que toca. A mí ahora me dicen 'felices fiestas' y me dan un par de besos y me quedo igual (bueno, casi); sin embargo, llegan un día cualquiera, me dan un abrazo sin venir a cuento y me desean lo mejor y se me sale el alma del pecho de alegría. Porque la costumbre es la asesina de la ilusión. Y la ilusión es el verdadero motor del mundo, el hacer algo porque te apetece, no porque haya que hacerlo. Para eso no hace falta una fecha o un motivo, uno intenta ser feliz porque sí, no se busca una excusa para buscar la felicidad, se crea si hace falta. Por eso, perdonad mi mala educación, estaría yendo en contra de la filosofía de este pequeño espacio internáutico. Así que no os deso felices fiestas. Pero sí os deseo lo mejor.

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Este es uno de los textos que tenía preparado para hoy. Pero a luz de lo ocurrido no puedo hacer como si nada hubiese pasado.

Hoy son unas fiestas negras, de luto... Una fecha de lo más señalada, para un suceso que no le desearías ni a la persona que más odies. Hoy la muerte llama de nuevo, por segunda vez, este año. Y es la primera vez que me veo frente un ataúd, frente a decenas de personas llorando, es la primera vez que me veo en una misa, por respeto hacia una persona que no merecía lo ocurrido, en ella, ni su marido, ni sus hijos, ni familiares...

No soy tan hipócrita de hablar de una persona bien sólo porque ya no esté aquí. Si ahora mismo le estoy dedicando una entrada es porque realmente esa persona lo merece. Hoy estoy de luto por la madre de un amigo. Estoy de luto por un amigo, al que deseo ánimos de corazón. No sé ni qué palabras usar para intentar animarlo. Sólo me salió un simple "Lo siento", como si eso sirviese para algo.

No sé qué hay más allá de todo ésto... Pero esté donde esté, que esté bien y en harmonía.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Supongamos que...

Supongamos que estoy bien, que el Sol ha salido y hoy nadie está triste, que por un día los países se han dado una tregua y no existe más guerras que en los libros, juegos, películas y en el recuerdo. Supongamos que hoy los abrazos que no me dan lo es todo, para todos... Supongamos que no existen los sueños ni el miedo a un futuro incierto y lleno de dudas, que por un día no existen los prejuicios ni la rabia por injusticias.

Supongamos todo eso...

¿Dejaría de existir la justicia política o social?¿Podríamos hablar de total libertad?¿Dejaría de existir la palabra "no"?¿Todos seríamos felices?

Toda esa utopía que la mayoría busca se reduce a imposibles, porque si hablamos de ser totalmente libres, no dejaríamos de ser unos animales, y ahora sí, totalmente egoístas... Para la felicidad induvidual se dejaría de pensar en la felicidad colectiva, los hombres serían el doble de falócratas que ahora, todo se reduciría al yo, por mí y por nadie más. Si la palabra "no" dejase de existir, también dejaría de existir la libertad de decidir si sí o si no. Y aquí comienza un bucle, en el cual no me apetece meterme. Sin libertad no seríamos felices, pero siendo totalmente libres... ¿Seríamos todos felices? No. Y de nuevo entra el no en escena. Ese no que nos rodea, y es que el mundo está lleno de "no". En una próxima entrada os explicaré.

Supongamos que hoy todos somos felices, sólo eso. Que sonreímos sin miedos, que nada nos preocupa. Vamos a suponerlo un solo día aunque sea. ¿Seríamos capaces? Creo que no. Tenemos tantas cosas en la cabeza que se nos hace imposible. Nos autocastigamos con lo que hay dentro de nuestra cabeza... Y aquí os dejo por hoy, que voy a dejar de autocastigarme un rato y a suponer.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Tengo derecho a permanecer en silencio. O todo se volverá en mi contra.

“Usted tiene derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a consultar a un abogado y/o a tener a uno presente cuando sea interrogado por la policía. Si no puede contratar a un abogado, le será designado uno de oficio”.

Ni quiero callarme, ni quiero que todo lo que diga se vuelva en mi contra, como siempre. Puedo dar mi opinión, un sólo punto de vista con algo de criterio, y a la vez ser criticado por dar una opinión a la que directamente me la atribuirán los más listos a contextos políticos-sociales. Hoy puedo decir cosas que me apetecen, o puedo permanecer en silencio como siempre, puedo dedicarle mi entrada a ciertas personas despojadas de mi vida y contaros por qué estoy enfadado con ellos, o puedo dedicarla, como siempre hago, a mi pasado. A buenos recuerdos, a malos recuerdos, a sinceros sentimientos o a simples errores. Hoy puedo contaros cosas con las que río, aunque ayer las lloré, y calmarme a mí mismo guardando el rencor de lo que nunca sabré, porque hay gente tan falsa e hipócrita en el mundo que la simple acción de desprecio es ya un privilegio.

Hoy puedo contaros cosas que no os he contado en todo este tiempo de silencio, ¿Pero para qué? Hoy soy libre para contaros, para cantaros, para criticaros. Y hoy no volverán estos pensamientos, puedo contaros cosas que me hacen feliz, puedo contaros que me siento mal, que me siento desprotegido, que me siento solo. Hoy puedo contaros lo que siempre quise:

Vuelves por unas calles oscuras después de media noche en el bar, coges por callejones que normalmente ni olerías, pero quieres llegar pronto a casa. Ya estás apunto de llegar, mientras subes las escaleras hacia tu casa te vas quitando los cascos y te das cuenta de que tienes la música demasiado alta, bien sea para no escuchar el silencio de tu soledad o porque te gusta escuchar la música a un volumen alto. Por fin, delante de tu puerta, sacas las llaves... Las giras... Y entras en tu casa. ¿Qué encuentras tú?¿Una familia?¿Gente viendo la tele esperándote?

Yo encuentro oscuridad, todas las luces apagadas, un silencio que canta a gritos y te señala mientras ríe y se burla: "Estás solo, estás solo". Tal vez encuentre, que de casualidad mi madre ha venido, no hemos coincidido y me ha dejado algo de comida y dinero. Y es entonces cuando mis 80 m. cuadrados  de casa se convierte en el mayor laberinto de emociones que una persona puede visitar. Encrucijadas en cada puerta, en el salón, una sala de cines vacia, en los que piensas y me desmoronan la poca felicidad que me queda. Cada puto ladrillo cae encima de mí como problemas en lo que pensar y preocuparse. Día tras día, hora tras hora, minuto a minuto y segundo a segundo. Tal vez deba viajar más, irme con mis padres una temporada o tal vez tendría que esperar a que se muera la soledad, o muera yo.

Tal vez deba hacer caso y dejar de ser tan realista para mirar con unos ojos más optimistas, como hacía años atrás. Gracias a todos los que me leeis, me aconsejáis, os preocupáis por mí, me queréis o me odiáis. Pero sobre todo, gracias a los que me dejan permanecer en silencio.